Nevado Cocuy

GUERRA ENTRE NEVADOS (Fragmento)
A propósito de nuestro imponente gigante blanco, conocido como Sierra Nevada del Cocuy, al que le sucede lo contrario que a nuestra propia existencia (entre más blanco más joven); tengo una imagen que impacta por su desastrosa apariencia y que muestra el efecto devastador de que tuvo la erupción del (hermano) volcán nevado del Ruiz.

Eran las seis de la mañana del 13 de noviembre del año 1985, cuando abrí la ventana que da a la calle y no podía creer que el parque no tenía prado, los árboles eran grises y estaban desgajados, los postes del alumbrado, los techos, los potreros aledaños y el entorno que alcanzaba a vislumbrar, todo era un mar de tristeza, el silencio embargaba el lugar. Escuché unos gritos atorados que no se hacían entender pero se hacían eschchar y pensé alguien se está muriendo Por Dios. Al fijar la mirada sobre la cancha de basketball, descubrí a un curioso transeúnte que observaba, recogía manotadas y escudriñaba como buscando una explicación a aquella lluvia de ceniza que no paraba de caer, trataba de gritar como participando su funesto hallazgo; al no ser por sus estridentes gritos, su movimiento agitado e impaciente, no habría descubierto yo de quien se trataba y aquel curioso fácilmente habría pasado desapercibido al confundirse con las piedras o las matas del parque puesto que el cielo se había confabulado con el aire suave para pintar con su inmenso y monocromático aerógrafo “toda la faz de la tierra”. 
Pensé, luego de reponerme de aquel inmenso desconcierto “como decían que el nuestro nevado si no era de origen volcánico”, grité enseguida a mi compañero de cuarto: “tío, se estalló el nevado” y de inmediatote dijo “que va” y quedó sentado en el borde de la cama. Me volví hacia el y le dije con voz más calmada: si, eso creo porque esto esta lleno de lava y aún sigue cayendo, pero parece que no es venenosa porque el mudo Antuco esta en la cancha y parece que no le ha pasado nada. 
El susto no fue para menos y mi tío saltó envuelto en una cobija a mirar por la ventana y al ver como caía la ceniza descarmenada en suaves tules de seda, dijo hay que avisarle a la gente que se coloquen un pañuelo en la nariz para que no aspiren eso, porque puede ser venenoso y buscando con su vista al mudo que seguía en la cancha dijo “El mudo es un culebro”, mire tiene la nariz envuelta con la ruana, pero hay que avisarle que eso es peligroso.
Fragmento de “Guerra entre Nevados”
(Velandiavish)